dimarts, 5 de febrer del 2008

HORTENSIA

HORTENSIA
Dentro del ámbito mediterráneo, cuna de la civilización occidental, el mundo grecorromano fue el que dio origen al concepto de ciudad (polis), entendida no sólo como agrupación ordenada de gentes, edificios y espacios, sino en su sentido más amplio de participación ciudadana basado en el uso de la palabra, instrumento político por excelencia, y que asigna a cada individuo una función precisa y un lugar determinado.
La mujer pertenece al dominio de lo privado (oikonomia) y no se le permite acceder a la asamblea ni opinar en asuntos de público interés.
La mujer participa en la construcción de la ciudad y de la sociedad exclusivamente a través de su papel de madre como reproductora de la especie, cuidadora de niños y niñas, personas enfermas y mayores y mantenedora del fuego del hogar y de las tradiciones.
Cuando las mujeres acceden al ámbito público lo hacen cerca de las fuentes, donde recogen el agua para beber, en el mercado, donde compran los alimentos para consumir, en los lavaderos o participando en determinados ritos religiosos accesibles para ellas. No tienen acceso al gimnasio, al foro o a la asamblea y los baños son de categoría inferior a los del varón. Sólo las mujeres públicas, acceden a otros lugares prohibidos.
Ciudad y sociedad son conceptos muy similares, basados en la educación, la palabra y la razón argumental (logos) donde la mujer no tiene cabida, no es digna de ser escuchada, como ser infantil e inferior quedando al margen de la ciudad como entidad política.
Excepciones confirman la regla como la célebre matrona romana Hortensia, que, saltándose la norma prefijada irrumpe en el foro para defender la paz.